sábado, 29 de julio de 2023

El nivel delatante.

 



El día 27 de junio de 2021 comencé a ver torcido. Quizás fue antes , en realidad, pero recuerdo que ese día me di cuenta.

Estaba sentado en mi sillón y vi que el farol de mi parque estaba torcido. 

Me paré y me coloqué recto a él,pensando que mi impresión inicial era errada y que podía deberse a un tema de perspectiva.

Pero,no. Seguí viendo el farol torcido.

Casi dejo el tema ahí,pero minutos más tarde volví a mirar el farol y fue entonces cuando decidí ir al cajón de la cocina donde suelo guardar el metro y salí al parque. El metro en cuestión tiene una pequeña burbuja en uno de sus costados que sirve para determinar si un objeto está o no nivelado. 





Lo coloqué sobre la barra metálica circular y vertical que conformaba el parante del farol y la burbuja marcó que estaba perfectamente nivelado.

Lo moví un poco, lo agité ,como si se tratase de un antibiótico o algo así cuyo prospecto indica "agitese antes de usar" y lo volví a colocar, ésta vez, sobre otro tramo de la misma barra vertical. El indicador volvió a marcar que estaba perfectamente nivelada.

Volví al interior de mi casa, guardé el metro en su cajón y me senté en su sillón. 

Me propuse no mirar al farol. Seguramente aquello quedaría para siempre en el olvido. 

Sin embargo, volví a mirar el farol unas tres o cuatro veces más.

Lo ví siempre torcido.




En la semana fue a ver a mi oculista de confianza y le conté lo sucedido. Sonrío,me pidió que me siente, me hizo un par de mediciones y me dijo que ,como yo había pensado en primera instancia, habría sido una tema óptico de luces,sombras y vaya a saber uno que más. 

Me fui tranquilo.



Dos semanas después ,en mi trabajo, hubo un suceso que me volvió a llamar la atención. Un compañero muy cercano, casi un amigo, había sido ascendido ,sorpresivamente, a un importante cargo.

En la reunión en la que nos anunciarían este cambio,me senté en cuarta fila en un pequeño auditorio destinado a este tipo de reuniones.

Cuando el Gerente de la compañía se dispuso a anunciar el ascenso, noté que él estaba torcido. Estaba parado con ambos pies ,uno al lado del otro, perfectamente alineados, pero su cuerpo se inclinaba significativamente hacia la izquierda. Mi compañero ascendido ingresó,entre aplausos, y se paró a su lado, preparándose para agradecer. Volví a notar que él también estaba torcido. Le pregunté a la compañera que estaba a mi lado si notaba lo mismo y me dijo que no, que estaban perfectamente rectos, bien parados. 

Sonreí intentando hacer aparecer aquella pregunta cómo una broma.





Dos noches después ,mirando televisión, en la pantalla de televisión mostraban al ministro de Economía haciendo importantes anuncios. Estaba parado ,como es usual,apoyándose en una tarima con un micrófono , haciendo gala de su sonrisa socarrona. 

Se lo veía claramente inclinado hacia su izquierda. 

Presté más atención a la escena y vi que ,el resto de los elementos que la componían -una pintura a sus espaldas, una planta , a su derecha y su propia secretaria, a su lado- estaban perfectamente rectos, alineados con el horizonte imaginario que marcaban el piso y el techo de la habitación.

Cambié de canal.





Ese mismo fin de semana, decidí sorprender a mi novia e ir a su casa. Al cerrar las cortinas ,ví como el farol del parque,finalmente, se había caído. Estaba torcido, pensé.  

Estacioné en la esquina, varios metros antes , para que no escuche el auto. Tomé el ramo de crisantemos, su flor preferida,busqué la llave que ella me había confiado y entré a hurtadillas.

Subí las escaleras y abrí la puerta de su habitación.

En la cama los ví a ella y a mi compañero de trabajo recientemente ascendido ,empapados con el sudor del sexo.

Me quedé parado con el ramo de crisantemos en mi mano,sintiéndome un pelotudo, mientras veía como ella y él se paraban uno a cada lado de la cama, inevitablemente torcidos.